He comenzado a leer con ilusión y bríos esta novela larga, editada el pasado año, de mi admirado
Javier Marías, que empieza
“No hace mucho tiempo que ocurrió aquella historia - menos
de lo que suele durar una vida, y qué poco es una vida, una vez terminada y
cuando ya se puede contar en unas frases y sólo...”
pero aquí
me he quedado frenado como aquel asno del refrán, "salida de caballo de carreras y frenazo de burro viejo", sin tener ánimos de
seguir por el momento. Se me atragantó ese acento en "sólo".
¿Cómo era
posible que este académico de la Real Academia de la Lengua Española siga erre que erre?
Leo siempre con fruición sus artículos del dominical de El País Semanal, y me he
cansado últimamente de subrayar en sus páginas los ejemplos de la inútil
acentuación de los adverbios “sólo” y los pronombres demostrativos “éste”,
“ése”, “aquél” y sus femeninos y plurales que aparecen. Todos
los domingos en su artículo salen dos, tres, cuatro y hasta más gazapos de estos.
Ya dediqué aquí un
comentario a este tema el pasado 14 de septiembre, al que titulaba inocentemente y muy indignado yo entonces "En El País, guarrería a Javier Marías". En aquel momento, ingenuo de mí,
presentaba al escritor como una víctima de los caprichos del corrector, del tipógrafo o del diseñador de la página.
Ahora,
después de lo dicho, he llegado a la conclusión de que Javier Marías ha decidido subjetivamente tomarse el texto del 2010 de Ortografía de la Real Academia de la Lengua un tanto a la ligera, más como algo opcional en este caso que como una
norma, asunto que veo ni muy justificado ni muy edificante por aquello de ser él el escritor modelo para los demás. (1)
Es cierto que antes de 2010 nos acostumbramos a colocar tildes diacríticas en estos casos, pero después nos hemos debido de ir privando del placer de tal hábito como en tantos otros casos. ¿Seguimos con el criterio de la Real Academia de antes o de después de 2010? Lo correcto sería que se mantuviera un criterio unificado y ejemplarizante sobre la acentuación del español a partir de 2010. Parece poco recomendable que unos siguiéramos un criterio en la acentuación del español y otros el contrario. Sobretodo siendo académico y escritor de gran prestigio, como Javier Marías, quien debiera de dar ejemplo y tomarse más en serio no sólo la norma sino también el consejo de la RALE, si como tal lo considera. (2)
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(1) En La Ortografía de la Real Academia Española de 2010 se dice;
” La
palabra solo, tanto cuando es adverbio (Solo trabaja de lunes a
viernes) como cuando es adjetivo (Está solo en casa todo el día),
así como los demostrativos este, ese, aquel, con sus femeninos y
plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella)
o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa) son voces que no
deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por ser bisílabas llanas terminadas en vocal o en -s. bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s" (3.4.3.3)
(2) En el comienzo del apartado (3.4.3) se dice en La Ortografía
“a partir
de ahora se podrá prescindir de la tilde en el adverbio solo y los
pronombres demostrativos incluso en los casos de posible ambigüedad ".
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