En la Gramática castellana de Antonio Nebrija,
impresa en 1492, se establece principalmente qué sílabas llevan o no
acentuación, esto es, dónde va el
acento tónico o de intensidad en las palabras castellanas. Pero en el incunable
solo se encuentran acentos gráficos (´)
en el capítulo 2 y 3, donde estos son necesarios para la explicación de su teoría
acentual, además de en unos pocos ejemplos más.
Así se ve en el capítulo 2, del libro 2º, “De los acentos
que tiene la lengua castellana”, muchos ejemplos que llevan acento gráfico para
señalar dónde va el acento de intensidad: cáusa, sabér, sabidór, gáita,
véinte, déudo, bíuda, codició, cuándo, fuérte, desmaiâis, ensaiâis,
desmiêis, guâi, buêi...etc, sin otro criterio en su colocación que ser mero
testigo indicador de dónde va la sílaba tónica.
Sin embargo en el mismo capítulo, cuando señala la tercera
regla de la entonación castellana, Nebrija sigue al tratadista latino
Quintiliano, que en su época, cuando había confusión entre dos palabras, se
recurría a marcar la sílaba larga como elemento diferenciador mālum(manzano)
/ malum (mal), siendo este el único rasgo con que se distinguían dos palabras
iguales.
Nebrija dice, siguiendo a Quintiliano, “avemos de terminar esta confusion i causa
de error poniendo encima de la silaba... (tónica) un rasguito que el
llama apice, el cual suba dela mano sinistra ala diestra”. La ambigüedad de la palabra “amo” se ha de
evitar escribiendo “io ámo” cuando es la primera persona del presente de
indicativo y “alguno amó” cuando
es la tercera persona del pasado.
Así pues, el incunable de Nebrija de 1492, salvo en
estos casos de ambigüedad y en los arriba señalados, como indicador de dónde va
la sílaba tónica en la explicación de la entonación castellana, no señala
gráficamente la acentuación ni sigue ningún otro criterio.