26 ago 2014

IMPORTANCIA DE LA ACENTUACIÓN ESPAÑOLA

La acentuación evita ambigüedades en el texto. No es lo mismo decir:
- “El hábito no hace al monje”,
- “Habito ahora cerca del parque” 
- “Miguel habitó muchos años con sus abuelos”.
     o
         - “El término de la ciudad está lejos”
         - “Pronto termino esto y me voy”
         - “Por fin Luis terminó la novela”

Además, la acentuación es una gran guía para saber cómo se pronuncian palabra desconocidas, por ejemplo, un apellido o el nombre del lugar que se lee en el indicador de la carretera que antes no se hayan oído. ¿Cómo se saldrá de este embrollo?. Ante el cartel del pueblo de Almería RODALQUILAR  ¿cómo se pronunciará si no se conocen la acentuación española?
- “Ro-dál-qui-lar”,
-  “Ro-dal-quí-lar”,
- “Ro-dal-qui-lar”, 
O ante el apellido del general liberal PORLIER, ¿cómo se pronunciará ?
- “Pór-lier”,
- “Por--er”,
-  “Por-lier”.

 La solución, siguiendo las normas de la acentuación castellana, es “Ro-dal-qui-lar”, y “Por-lier”, porque ambas se escriben sin acento y terminan en -r. Por eso es una barbaridad que no se acentúen bien los nombres de personas y de lugares así vayan con minúsculas o mayúsculas.

Por lo tanto, aún escritos los nombres bien, no termina ahí el problema, porque el lector debe de saber la normativa de la acentuación para aplicarla y pronunciar correctamente.

 

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